Ciudad de México, Octubre 1, 2023
Entrega 178/23
En el mes del Día Mundial de los Animales algunos datos sobre cuál es el costo ético y ambiental de elegirlos como menú.
No es un secreto que vivimos en un mundo obsesionado con la producción en
masa y el comercio global donde los animales se llevan la peor parte.
Miles de millones yacen en granjas intensivas, instalaciones industriales donde
son criados, engordados y explotados para generar ganancias con su carne, su
leche o sus huevos.
Transitan sus cortas vidas (las aves son asesinadas a los 48 días) en
condiciones deplorables de confinamiento, con prácticas naturalizadas como
tortura, mutilaciones, embarazos forzados, sustracción de sus crías, de sus
huevos, de su semen y de su leche.
Incluso el pescado se cría en granjas industriales y aunque se argumente que
este sistema reduce la presión sobre las especies silvestres, todavía se extraen
peces de los océanos para alimentar a los peces de cultivo.
Como directora de una organización vegana en México y defensora del antiespecismo, estoy comprometida en destacar que la crueldad animal es una práctica innecesaria que contradice los valores de compasión y ética en nuestra sociedad. Nuestra misión es promover un mundo en el que todas las criaturas sean tratadas con respeto y consideración, reconociendo que la explotación animal no solo es injusta, sino también evitable. Todas las personas, podemos avanzar hacia un futuro más compasivo y consciente, donde cada ser vivo tenga la oportunidad de vivir una vida libre de sufrimiento”, explica Jessica González Castro, directora en México, una organización sin fines de lucro que GenV e busca promover un sistema más saludable, sustentable y justo para todas las especies que habitan el planeta.
Poner productos de origen animal en el plato no solo colabora a que el
sufrimiento que infringen las industrias cárnica y láctea se prolongue, también
pone al medioambiente en jaque.
Según el último informe de Planeta Vivo, se registró una disminución promedio
del 69% en las poblaciones de vida silvestre monitoreadas durante el período
de 48 años que abarca de 1970 a 2018.
Los cambios de uso del suelo, la sobreexplotación de la flora y la fauna, el
cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras provocan
una doble crisis: climática y de biodiversidad.
Entonces, ¿y si revisamos nuestros hábitos de consumo? Desde la ONG GenV
impulsan un desafío de 7 días sin productos de origen animal, brindando
asesoramiento gratuito a través de su web.
El cambio es colectivo; por y para todas las especies. Por y para nuestro
planeta.
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