Ciudad de México, Jueves 15 de febrero 2024
Entrega 054/24
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Músico empedernido criado en el estudio de grabación, Elliot Moss ha dedicado gran parte de su vida a soñar mundos sonoros con un poder extrañamente transportador. Tras alcanzar el éxito con su single viral "Slip" a los 18 años, este cantante, compositor y multinstrumentista criado en Nueva York aportó su imaginación desbordante y su refinada musicalidad a su debut de 2015, Highspeeds, y más tarde a, A Change In Diet (un LP de 2020 elogiado por Pitchfork como "agudo y hábilmente evocador").
“Cada canción de este álbum gira en torno a un momento o una experiencia en concreto. Cada vez que me sorprendía a mí mismo escondiéndome detrás de un paisaje sonoro espeso, o sacrificando la sinceridad por la comodidad, volvía al origen y me aseguraba de que lo estaba comunicando sucediera de la forma más directa y auténtica posible,” dice Moss. "Me tomó un poco de práctica, pero al final me pareció bueno no dejar escapar nada. Quería crear algo que pudiera ver dentro de diez años y seguir sintiendo que había sido totalmente sincero."
"Altitude," que abre el álbum, capta a la perfección la libertad extraña de entregarse al aturdimiento de la depresión, hasta alcanzar un crescendo frenético, que Moss conceptualiza como "la sensación de ser arrastrado por una tormenta eléctrica.” En "Lazy,” Moss superpone líneas resbaladizas de sintetizador sobre patrones herméticos de batería, creando una disonancia incómoda que refleja el trasfondo emocional de la canción. "La letra enumera las formas en las que me distraigo de las razones de mis incertidumbres o fracasos, lo que puede ser incómodo de admitir, así que tenía sentido que la instrumentación adoptara esa misma inquietud,” dice. Y en "Magic,” transforma un giro desgarrador de los acontecimientos en un himno salvajemente épico que es a partes iguales visceral y sublimemente alegre. “‘Magic’ trata de mi padre, que está recibiendo tratamiento contra el cáncer y de la posibilidad de que su audición se dañe, lo que significaría que ya no podríamos hacer lo que siempre nos ha gustado hacer juntos,” dice Moss. “La idea de que eso ocurra me aterra, así que mi reacción fue lo más ruidosa y orgullosa posible en la producción de ‘Magic.’ A pesar de mi enfoque habitual de 'menos es más', seguí poniendo más y más sonidos a la canción. Como una celebración, fue una especie de curación hacer que ‘Magic’ estallara con el mayor ruido que pudiera hacer como una sola persona".
Para cuando How I Fell termina, con la esperanza nerviosa de "Next Year's Light", Moss ha canalizado todo un torbellino de estados de ánimo (la devastación silenciosa de "Hearts Lose" y su reflexión sobre una amistad arruinada, la ensoñación teñida de nostalgia de "Everglades"). Pero aunque el álbum nunca se abstiene de explorar las profundidades más turbias de esas emociones, cada canción resuena en la sensación profunda de encanto que encuentra sin cesar en el proceso creativo.
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